ACTUALIDAD - Nodo Género y Políticas de Equidad

lunes, 28 de diciembre de 2009

SIDA Y VIOLENCIA


Un estudio de una OSC advierte que nueve de cada diez mujeres con VIH/sida fueron víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.

Buenos Aires, diciembre de 2009 (RIS-Argentina) Nueve de cada diez mujeres que viven con VIH/sida fueron víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida, y ocho de cada diez padecieron situaciones de agresión antes de conocer su diagnóstico de VIH. La afirmación se desprende de un relevamiento de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), que demostró que la violencia contra las mujeres es un importante factor de vulnerabilidad para aquellas que tienen el virus del sida.

“La violencia es una realidad en nuestra vidas. Recién estamos destapando esta olla y tiene muy feo olor”, contó Marcela Alsina, del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas durante la presentación del estudio titulado Dos caras de una misma realidad: Violencia contra las mujeres y feminización del VIH/SIDA en Argentina.

Andrea Mariño, socióloga de FEIM y coordinadora regional del proyecto, explicó que la segunda etapa de esta iniciativa es lograr incidencia política, generar alianzas entre distintos sectores involucrados y promover cambios en las políticas públicas que enfrenten de manera integral la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres y el VIH-sida.

Por su parte, María Eugenia Gilligan, de la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH, relató la violencia que padecen las mujeres positivas al atenderse en los servicios de salud. “La violencia institucional existe cuando no nos quieren atender en los servicios de ginecología, odontología o dermatología, por ejemplo, y nos mandan a infectología”, describió Gilligan y señaló que “es necesario agregar una cara más al asunto porque el estigma, la discriminación y la violencia van juntos”.

El estudio de FEIM muestra también que cuatro de cada diez mujeres con sida fueron víctima de violencia sexual, y ocho de cada diez sufrieron esas agresiones antes de recibir el diagnóstico del VIH. De acuerdo al sondeo, el 60 por ciento de los agresores pertenecen al círculo íntimo de la mujer: marido, pareja, novio, padre, hermano, tío, amigo.

En cuanto a la violencia psicológica, en ocho de cada diez mujeres que las sufrieron el agresor fue su ex marido, pareja o marido/pareja actual, mientras que en los episodios de violencia física tal relación se dio en el 90 por ciento de los casos. El relevamiento se aplicó a 101 mujeres viviendo con VIH, mayores de 18 años que reciben asistencia en algunos servicios de salud públicos de la ciudad de Buenos Aires y del área norte y oeste del conurbano bonaerense.

Entre otros datos que arrojó, sólo en uno de cada diez casos la violencia sexual fue por parte de un desconocido, al tiempo que el 40 por ciento fue víctima de abuso sexual infantil. Entre ellas, nueve de cada diez padecieron luego otros tipos de violencia en su vida, mientras que en el 80 por ciento de los casos el agresor en la infancia fue nuevamente parte de su círculo íntimo (padre, padrastro, tío, amigo de la familia).

Estos datos evidencian que el hogar, y especialmente las relaciones íntimas, es el marco en el que se producen la mayor cantidad de agresiones. "La familia y el hogar, lugar tradicionalmente asociado con la protección y la seguridad de sus miembros, resulta ser el lugar en donde las mujeres encuentran con mayor frecuencia vulnerados sus derechos y su salud es puesta en riesgo", aseveran las especialistas en la investigación.

Aileen Allen, coordinadora de Programas de UNIFEM Argentina, resaltó que la información estadística inédita que aporta la investigación "es clave para avanzar en políticas públicas. No se pueden dar respuestas adecuadas si no se conoce la realidad que están pasando las mujeres que viven con VIH". A su vez, rescató que "los testimonios incluidos en el informe le dan voz a las mujeres que muchas veces no la tienen" y enfatizó que el estudio "pone en relieve el desconocimiento de las mujeres sobre sus derechos y cómo esto las expone a una mayor vulnerabilidad". (Por Rosalía Costantino)

lunes, 14 de diciembre de 2009

Los 30 años de la Cedaw

Norma Loto*

El 11 de diciembre se realizó la celebración de los 30 años de la CEDAW en América Latina y el Caribe, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Estuvieron presentes ex miembros del comité, integrantes de los movimientos y ONG de mujeres y funcionarios públicos. Se concluyó que, más allá de la aprobación de la normativa en 2006, aún resta mucho para hacer para alcanzar la igualdad de género.

La igualdad como un derecho humano y la represión de la discriminación son las dos columnas de la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW). Esto significa, para cada Estado que ha ratificado la CEDAW, que no basta con declarar la igualdad entre mujeres y hombres en las constituciones, políticas o en las leyes, sino que el derecho a la igualdad requiere que se ejecuten acciones específicas y concretas.

La CEDAW “establece de manera objetiva la obligación de luchar contra la discriminación y de promover la igualdad de las mujeres, mediante medidas legislativas, administrativas y judiciales. O sea, que los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial son responsables, jurídicamente, ante las Naciones Unidas por sus acciones en relación con la no discriminación y la igualdad de las mujeres”, explicó Silvia Pimentel, vice-presidenta del Comité de la CEDAW de Naciones Unidas.

“Estas obligaciones se aplican a todas las esferas de la vida pública y privada, incluyendo las personas físicas y jurídicas”, continuó Pimentel.

Por ello, luego de tres décadas, es necesario interrogar ¿qué ha funcionado, cuáles han sido los desafíos y qué es necesario consolidar? A pesar de algunos avances y esfuerzos de los países de la región, en el plano de la igualdad, todo parece indicar que el desafío pendiente sigue siendo ese: la igualdad.

De acuerdo con analistas, los Estados no han tomado conciencia de su responsabilidad con respecto a los derechos de las mujeres. Esto se refleja en las políticas implementadas, que no siempre son del todo eficientes.

En este sentido, la directora de UNIFEM para América Latina y el Caribe, Gladys Acosta, dijo a SEMlac que las modificaciones a las leyes y las reformas legislativas en la región también hacen visible “las pocas respuestas de los Estados, pues al mismo tiempo que hay leyes, no hay la adecuada supervisión ni los instrumentos para que estas se cumplan”.

Otra de las aristas para tener en cuenta, desde lo simbólico, es la alianza histórica y aún perdurable de la iglesia católica con los Estados. “La mayoría de los Estados le dan mucha participación política a la iglesia católica. Esta institución tiene decisión sobre muchas leyes y políticas estatales. Por eso, la jerarquía de la iglesia católica será siempre un obstáculo para el desarrollo de los derechos humanos de las mujeres, porque sin derechos reproductivos, nosotras no podemos gozar de otros derechos”, sostiene a SEMlac la jurista costarricense Alda Facio.

Violencia contra las mujeres

Silvia Pimentel dijo, en la conferencia inaugural de las tres décadas de la CEDAW , que las Recomendaciones Generales son instrumentos que sirven para interpretar, actualizar y contextualizar los derechos y deberes establecidos en esta Convención, con el fin de facilitar su cumplimiento por los Estados Partes.

“La problemática de la violencia contra las mujeres no está presente explícitamente en la CEDAW , pues no existían condiciones políticas para esto en el momento de su origen”.

La experta relató que, en este sentido, el Comité realizó dos Recomendaciones Generales, que incorporan esa realidad: la Recomendación General N°19 (1992), que afirma que la violencia contra la mujer es una forma de discriminación que impide gravemente que goce de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre, y la definición de discriminación del artículo 1 de la CEDAW , que incluye la violencia basada en el sexo; es decir, la dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada.

Derechos sexuales y derechos reproductivos

Los derechos sexuales y los reproductivos no están así expresados en la CEDAW. Sólo el artículo 12 de la Convención se refiere a los servicios de atención médica de planificación familiar, parto y post parto.

En este sentido, Pimentel manifestó que luego se incorporaron esos derechos a la Recomendación General Nº 24, que versa sobre el acceso a la salud, incluida la reproductiva. Además, contempla la incorporación de los conceptos de salud reproductiva y derechos reproductivos, fruto de las Conferencias de Cairo, 1994 y de Beijing, 1995.

“Vale señalar que muchas de las dificultades y los duros embates ideológicos que ocurrieron en Cairo y Beijing siguen produciéndose, ya sea impidiendo revisiones legales necesarias o la implementación de nuevas leyes no discriminatorias y que afirman los derechos humanos de las mujeres, en especial los derechos sexuales y los reproductivos”, sostuvo Pimentel.

Algunas barreras del pasado y del presente

La vicepresidenta de la CEDAW , Silvia Pimentel, se refirió a las barreras que, en su práctica de monitoreo en el área, han sido encontradas por el Comité CEDAW respecto a la no violencia y la salud. En ese sentido, la experta señaló la necesidad de lograr cambios en algunas leyes y la revisión de medidas inadecuadas.

Por ejemplo, “leyes que sancionan el aborto con consecuencias perversas para las mujeres: morbilidad y mortalidad maternas; falta de información, educación y de toma de conciencia sobre la violencia de género y sobre salud reproductiva, en especial por parte de los adolescentes, como abusos sexuales, embarazos prematuros, embarazos forzados y matrimonios prematuros”, dijo Pimentel.

También enfatizó sobre la creciente problemática de la trata y el tráfico de mujeres y de niñas, a la vez que “existe una marcada insuficiencia y dificultad en el acceso a los servicios de asistencia jurídica y de salud gratuitos (…) impunidad y la carencia de formación sobre género, por parte de los trabajadores de la justicia y de la salud”, precisó.

Para leer la cobertura especial de SEMlac, descargue el archivo adjunto.

Fuentes: *Corresponsal de SEMlac
Fuente: Mujeres Hoy

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una voz potente y plural

Por Sandra Chaher, desde Colombia, 9.12.2009

Acaba de realizarse el III Encuentro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. Entre las conclusiones se destaca la democratización de la coordinación, el diseño de un plan bianual de acción, la apertura de comisiones de trabajo y la realización del próximo encuentro en Marruecos, en el 2011, que podría avanzar hacia la definitiva internacionalización de la red.

A fines de noviembre se realizó en Bogotá, Colombia, el III Encuentro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG). Más de 100 periodistas de 17 países se reunieron para evaluar el funcionamiento de la red y trazar las líneas directivas que nos guiarán los próximos dos años.

La RIPVG nació en el 2005 en México. En el 2007 se hizo el segundo encuentro en Oviedo, España. Ahora sucedió el tercero en América Latina y el destino del IV es Casablanca, en Marruecos, en el año 2011.

En Bogotá se llegó a varios acuerdos para el funcionamiento de la red los próximos dos años, y hay cuatro aspectos de las conclusiones finales que son fundamentales en el tono que estamos imprimiéndole a esta construcción colectiva.

La decisión de realizar el próximo encuentro internacional en Marruecos quizá marque la definitiva internacionalización de la red. Cuando la RIPVG nació en México estaba integrada mayoritariamente por periodistas latinoamericanas y un grupo pequeño de españolas. Dos años después, en España, casi no había europeas de otros países que no fueran la península ibérica. Este año, en Bogotá, se sumaron dos suecas, una marroquí y una jordana. Quizá Marruecos sea la oportunidad de estrecharnos con más mujeres y varones de Europa, Africa y Medio Oriente comprometidas/os con la construcción de sociedades igualitarias. Si la voz que hoy pide que mujeres y varones seamos pares e iguales se extiende y amplifica, tendrá seguramente más chance de ser escuchada. Por otra parte, Medio Oriente necesita este megáfono. Es una de las regiones del mundo con mayor vulneración de los derechos humanos de las mujeres y con menor compromiso con la equidad.

Otro aspecto fundamental de los acuerdos de Bogotá fue la ampliación de la coordinación internacional. La RIPVG es una estructura horizontal que se dio una coordinación casi como requisito formal, un grupo de personas y redes nacionales cuya misión es facilitar los entramados nacionales y el de la misma RIPVG. El proceso histórico es de creciente apertura. Del 2005 al 2007 hubo una coordinación internacional coordinada por un solo país, entre el 2007 y el 2009 por tres países, y el compromiso de Bogotá fue ampliar la coordinación internacional a todas las redes y personas que quisieran sumarse. Cuanta mayor amplitud tenga la coordinación de una red, mayor será la posibilidad de ejercicio de la democracia dentro de la misma.

El tercer aspecto fue la definición, por primera vez, de comisiones de trabajo sobre temas puntuales. Personas diversas, de redes y extracciones profesionales diversas, se comprometieron a llevar adelante temas como el desarrollo de las nuevas tecnologías, la reflexión y formación en comunicación y género, la redacción de un manual para el ejercicio de la profesión periodística con visión de género y la ayuda a periodistas mujeres víctimas de violencia. La iniciativa abre la posibilidad de profundizar el intercambio entre colegas periodistas de diferentes países y de enriquecer los saberes y las inquietudes que hasta ahora se llevaron adelante aisladamente.

El último aspecto a destacar es el plan de acción que se propuso la RIPVG para los próximos dos años. Es la primera vez que se asume el compromiso de tratar prioritariamente determinados temas en las redacciones. Actualmente hay consenso internacional sobre la necesidad de priorizar tres aspectos de la agenda feminista porque en ellos está en juego la vida de las mujeres: la violencia de género, la trata y los derechos sexuales y reproductivos. En Bogotá se sumó a esta agenda internacional una más específica de los países en conflicto armado: el pronunciamiento a favor de la paz y la cobertura de las vulneraciones a los derechos humanos de las mujeres cuando un país está en guerra interna o externa. Si las voces se levantan juntas para denunciar estos cuatro temas, tendremos más posibilidades de avanzar en la protección de los derechos de las humanas.

La RIPVG tiene ya hoy la riqueza de la horizontalidad, el entusiasmo y la energía de casi 500 periodistas de todo el mundo comprometidas/os con un mundo más igualitario. Y podría transformarse con el tiempo en una voz potente y amplificada que clama justicia para mujeres y varones, desafiando las estructuras de poder heredadas del patriarcado. Tal como se dijo en el Manifiesto de Bogotá, redactado al cierre del tercer encuentro internacional: 'Necesitamos cambiar nuestras rutinas profesionales para escuchar más, ver mejor y comprender la complejidad y diversidad del momento histórico que nos ha tocado testimoniar; que exigimos ver a las mujeres, que no las excluyamos de nuestros relatos, que nos decidamos a vivir nuestra profesión con el riesgo que supone aventurarse por nuevos caminos, por rutas aún no transitadas, sin antiguas brújulas que sólo marcaban el norte del poder'.

Fuente: Artemisa Noticias

viernes, 4 de diciembre de 2009

Nosotras no nos rajamos y continuaremos hasta la victoria

Viernes 4 de diciembre de 2009, por Leticia Puente Beresford

Nueva York, 03 dic. 09. AmecoPress/CIMAC.- A una semana de ardua labor retrospectiva sobre el avance de la participación de las mujeres, hoy ésta, más pública que privada, es evidente. Quizá se nos vea exhaustas y débiles, pero nunca en posición de retirada.

La visibilización de nosotras, de nuestra diaria lucha y nuestros logros, por desgracia, no se difunde tanto, como sí se hace con los tropiezos y los retrocesos que negocian grupos interesados en vernos nuevamente sometidas y encerradas en pequeños cuartos privados o de servicio al mejor postor. Como dice un dicho mexicano: “Mátalas callando”. O como esa vieja estrategia: “Divídelas y vencerás”.

La primera confrontación legal fue si lo dicho en la ley para los ciudadanos también se aplicaba para las ciudadanas. Y, en efecto, ante la ley mujeres y hombres somos iguales, pero no se lo tomen tan en serio, porque con todo existen países en los que la desigualdad entre hombres y mujeres está a la orden del día sea por mandato legal o por mandato divino.

A las mujeres, en la mayoría de los países, nos quieren, aun, de y para tiempo completo en la crianza, en la cocina –de preferencia en la repostería– y disponibles para la sexualidad todo el año.

Y qué bueno. Lo anterior no está peleado con el feminismo porque tampoco una, esta peleada con el amor a los niños y niñas, los quehaceres domésticos y la cocina, con vestirnos siempre a la moda o darle rienda suelta a la diversión, y por supuesto que no le decimos no a los hombres.

De ahí que la sabia posición de las mujeres, las de hoy y siempre, es el de permanecer ‘iguales’ y ser ‘iguales’ en un mundo de ‘iguales’.

Hoy las mujeres están entre iguales y son iguales a los hombres, porque eso ya no está más en duda. Lo que sí está en el campo de batalla, donde nosotras estamos en ardua lucha, es el respeto a nuestros derechos humanos, como el derecho a decidir un embarazo o un aborto. Y así, también nuestro derecho a una convivencia libre de violencia.

Y es precisamente en estos rubros, los de nuestros derechos humanos y del derecho de convivencia libre de violencia, donde el agotamiento se nos nota, porque aun existen grupos que no quieren festejar con nosotras nuestros triunfos.

De ahí que las altas y bajas en esta batalla sean cada vez más notorias, como esa insistencia en el silencio: “está bien que existas, pero callada, porque callada te ves más hermosa y más bonita”.

Esos grupos se oponen a nuestro derecho de vivir plena y legalmente nuestra felicidad como seres pensantes y conscientes de lo que deseamos para nosotras, y utilizan su aparato de comunicación para promover que somos inestables e inseguras y difundir que hay “mujeres poderosas, pero menos felices”.

Dicen allá en Inglaterra, o aquí, en Estados Unidos, que la revolución feminista destruye lo que encuentra, y que, a final de cuentas, en su batallar de alcances libertarios, a quienes realmente ha beneficiado es a los hombres, porque nosotras nos hemos sumado más cargas.

Con esto hago referencia a Maureen Dowd y Yasmin Alibhai, quienes han escrito sobre el devenir histórico de las mujeres. Comparto justo con ellas que existe un balance imposible entre el trabajo y la vida. Entre el tiempo de la pobreza y el de vivir siempre bajo la presión de ser joven y bella.

Estas derivaciones de mujeres y hombres reaccionarios hacen de nuestros triunfos algo ninguneado. De ahí que estemos exhaustas. Pero que esto no inste a desistir; por el contrario, hoy más que nunca urge nuestra posición al frente de nuestra lucha.

Las feministas decimos que la pelea debe de seguir, pues algún día el feminismo nos llevara a la victoria. Porque, como bien menciona Alibhai, “nos la merecemos”. Ella afirma: “no estoy haciendo ruido en estas extensiones o pintándome los labios mientras lo escribo” e insiste en que “la lucha debe de continuar”. Y sí, en efecto, debemos continuarla, puesto que en la mayoría de los países, preferirían que las mujeres, que nosotras, regresáramos a la vida enclaustrada.

El 25 de noviembre, Inés Alberdi, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), en su mensaje del décimo aniversario del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, señaló que la violencia que vivimos las mujeres “no es más un simple tema tratado de preocupación de mujeres únicamente”. Hoy es un tema de derechos humanos. De paz y de seguridad. Y una problemática que concierne tanto a hombres como a mujeres.

El 70 por ciento de las mujeres experimenta violencia sexual y psíquica por parte de los hombres en un momento de sus vidas, de acuerdo con datos mundiales de cada nación. Sucede en todos lados: en casa, en el trabajo, en las calles, en las escuelas. Y durante tiempos de paz o de conflicto.

Desafortunadamente continuamos viviendo en un mundo donde la violencia en contra de las mujeres y las niñas brinda inseguridad de más de la mitad de la población mundial: desde la violencia domestica hasta la mutilación genital; Desde las muertes por honor hasta las violaciones sexuales masivas en tiempos de guerra.

La violencia contra de las mujeres y su solución es todavía un gran desafío en todo el mundo. El llamado es mundial. No a la retirada.

Ni un paso atrás, ni para tomar impulso. Las mujeres no nos rajamos y mucho menos estamos en pose de rendición. La lucha sigue.

Foto: Archivo AmecoPress

jueves, 3 de diciembre de 2009

Comunicación: Crece la Red de Periodistas con Visión de Género

Por Ángela Castellanos Aranguren

Bogotá, noviembre (SEMlac).- La unión de periodistas en redes horizontales y plurales es un mecanismo exitoso para la práctica de un periodismo con enfoque de género, que contribuya a la visibilización de las mujeres en los medios y la eliminación de estereotipos sexistas en las noticias.

Así quedó demostrado en el III Encuentro de Periodistas con Visión de Género, que tuvo lugar en Bogotá entre el 27 y el 29 de noviembre, y al que asistieron cerca de 250 profesionales de la comunicación de Colombia y cerca de 50 de Perú, Suecia, República Dominicana, El Salvador, Marruecos, Jordania, Ecuador, Cuba, Bolivia, Argentina, España y México.

Entre las experiencias exitosas de incidencia política presentadas en el contexto del evento, destaca la inserción de un artículo sobre enfoque de género en la Ley de Medios Audiovisuales de Argentina, producto del trabajo de cabildeo de la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red - Por un Periodismo no sexista).

En efecto, la red PAR, mediante sus representantes en 16 provincias argentinas, logró que se aprobara como uno de los objetivos de la mencionada ley el de "promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre mujeres y hombres y el tratamiento plural e igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género y orientación sexual".

La Red Internacional de Periodistas con Visión de Género fue constituida en 2005 en Morelia, México, como un espacio en el que confluyen periodistas en forma individual o colectiva, de diferentes continentes, con el propósito de promover un periodismo con perspectiva de género.

En este espacio convergen tanto comunicadoras individuales como redes nacionales y subregionales de periodistas, hombres y mujeres, que trabajan por la visibilización de la problemática de la condición social de las mujeres a través del ejercicio del periodismo sin estereotipos ni mitos sexistas.

Al momento de la creación de la Red Internacional existían redes consolidadas, con un trabajo de varios años, como las de México, con 10, y la trinacional de México, Canadá y Estados Unidos, además de la de México, Centroamérica y Caribe. Igualmente existían asociaciones de periodistas mujeres, entre ellas la Red de Mujeres Periodistas del Mediterráneo, la Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña y la Red Europea de Mujeres Periodistas.

Hoy se han consolidado las redes nacionales existentes, se han creado otras —como la boliviana y argentina— y se están gestando en Suecia y Colombia, con apoyo de la Red Internacional o de redes territoriales.

También hay otras iniciativas de crear mecanismos transversales, es decir por sectores, no por países, como por ejemplo el de la academia.

"Los objetivos de las redes son comunes y los intereses son diversos, debido a las especificidades de cada región, país o territorio. Creo que podemos usar la Red Internacional como un mecanismo para hacer lobby y presión frente a los medios, y mejorar su capacidad de respuesta", afirmó a SEMlac Montserrat Minobis, Presidenta de la Red de Periodistas de Cataluña.

En ese sentido también expresó a SEMlac Silvina Molina, de la red PAR, quien anotó: "somos mujeres diferentes en situación de igualdad", haciendo referencia a la horizontalidad de la red, que no cuenta con un comité ejecutivo, sino con una coordinación colegiada.

Este tercer encuentro acordó, por consenso, que la coordinación de la Red Internacional durante los próximos dos años estará conformada por las redes de Argentina, México, Nicaragua, Perú, Colombia, la del Estado español, y por Marruecos, dado que éste país fue escogido como sede del cuarto encuentro, fijado para 2011.

"Hemos propuesto a Marruecos por varias razones, entre ellas para involucrar a África, para apoyar la creación de una red de mujeres periodistas con visión de género en Marruecos, y para contribuir con la defensa de los derechos humanos de las mujeres en mi país", afirmó Saida Boudaghia, periodista marroquí, y coordinadora del cuarto encuentro.

Entre los logros del tercer Encuentro Internacional de Periodistas con Visión de Género se destaca "el haber conseguido vincular a la academia, instituciones gubernamentales de Bogotá y organismos internacionales, quienes no sólo apoyaron el evento, sino que participaron aportando propuestas", aseguró a SEMlac Fabiola Calvo, Coordinadora del Encuentro.

En las jornadas abiertas al público se profundizó sobre el derecho a una vida libre de violencias y al derecho a la no discriminación en los medios de comunicación, en particular al informar sobre conflictos armados, feminicidio y trata de personas.

Especial interés cobró en la audiencia el tema del tratamiento informativo sobre la violencia contra las mujeres en el marco de conflictos armados, dado que la sede del encuentro fue Colombia, donde se vive un conflicto armado interno.

"Como reportera de conflictos armados, puedo decir que las guerras no endurecen a los periodistas. Para las corresponsales de guerra, la alternativa es buscar la verdad, porque en las guerras todos los bandos mienten. No la verdad abstracta, sino contar lo que vemos con honestidad, aunque el discurso dominante diga lo contrario", afirmó a SEMlac Nuria Varela, quien fue enviada especial a la guerra de Bosnia, el sitio de Sarajevo, a los campos de personas refugiadas de Croacia, a Chiapas y a Iraq, entre otras misiones.

La periodista jornada Haifa Haidar señaló que "no me importa si la mujer que está refugiada sea judía, musulmana o cristiana", sino que es una víctima de la guerra y tiene unas necesidades que el mundo debe conocer.

El tema del enfoque de género en la información estuvo presente a lo largo del encuentro. La Fundación Esperanza, de Colombia, presentó sus lineamientos para cubrir noticias de trata de personas; la red PAR ofreció su decálogo para el tratamiento periodístico de violencia contra las mujeres, además de las recomendaciones para entrevistar a víctimas de conflictos armados señaladas por la periodista colombiana Pilar Lozano.

También se expusieron algunas experiencias exitosas de medios de mujeres que hacen periodismo con perspectiva de género, tales como CIMAC, Comunicación e información para la Mujer (México), Artemisa Noticias (Argentina), Radialistas Apasionadas (Ecuador) y el Servicio Especial de Mujer de América Latina y el Caribe (SEMlac).

Una muestra de periodismo con enfoque de género la constituye el libro Sin Nosotras se les acaba la Fiesta, el cual fue lanzado durante el encuentro. Se trata de un compendio de artículos escritos por 15 periodistas de América Latina y el Caribe sobre diversos temas de actualidad.

El proyecto, que se coordinó completamente vía Internet, fue posible gracias a la asociación civil Artemisa Comunicación, de Argentina y la Organización Friedrich Ebert Stiftung (FES), de Alemania.

"La perspectiva de género aplicada al periodismo es un modo otro de periodismo, es decir otros modos de contar, otros encantos para la realidad, otros puntos de vista para comprender la vida", comentó Omar Rincón, Director del Centro de Competencia en Comunicación de la FES.

Fuente: Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe

miércoles, 2 de diciembre de 2009

En Argentina hay un femicidio cada 36 horas


En Argentina se comete un feminicidio cada 36 horas, afirmó el Instituto de Estudios Jurídicos Sociales de la Mujer (Indeso) en un informe.

El documento, basado en casos publicados en los medios de comunicación, debido a la falta de datos oficiales. Fue presentado el 23 de noviembre en la provincia de Santa Fe, en antelación al Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

Según el Indeso, se registraron hasta el 30 de octubre un total de 204 feminicidios, en 93 por ciento de los cuales fue acusado un conocido de la víctima, y de ese porcentaje, en la mitad de los casos el detenido fue su pareja o ex pareja.

El 46 por ciento de las mujeres asesinadas tenía entre 15 y 34 años, agregó la información.

La coordinadora del Indeso, Noemí Chiarotti, dijo que “el feminicidio es un acto de extrema violencia, que deja al desnudo las situaciones de terror, humillación, desprecio, hostigamiento, violación, maltrato físico, psicológico, emocional, que vivieron estas mujeres”.

De los 204 casos registrados, 85 por ciento fueron cometidos por un familiar cercano a la víctima.

El 35 por ciento de los feminicidios fueron cometidos con arma blanca y 24,5 por ciento con arma de fuego mienras que el 30 por ciento se debieron a golpes, estrangulamiento, ahorcamiento, ahogamiento o quemaduras.

Fuente: Pon fin a la violencia contra las mujeres

Datos y Cifras sobre femicidios en Argentina

- Hasta agosto de 2009, 121 mujeres fueron asesinadas por su condición de mujeres. Esto es, un 15% más que 2008, lo que arroja un alarmante promedio de una mujer ultimada cada dos días en Argentina en situaciones de “violencia machista”. (Fuente: Diario 24Con (Buenos Aires), entrevista a la ONG La Casa del Encuentro).

- 208 femicidios en 2008 y 82 en el primer semestre de 2009. 208 mujeres fueron asesinadas en 2008 en Argentina por la violencia sexista, en manos de sus maridos, parejas, amantes, novios, ex parejas, desconocidos que ejercieron violencia sexual, parientes, vecinos. Hasta el 30 de Junio de 2009, fueron asesinadas 82 mujeres y niñas. Según el informe parcial del primer semestre del año 2009 elaborado por el Área de investigaciones de la Asociación Civil La Casa del Encuentro. De todas formas, el monitoreo que ha realizado la Asociación Civil Artemisa Comunicación habla de 105 muertes de mujeres por su condición de mujeres en 2008. En tanto que Amnistía Internacional registró 81 asesinatos de mujeres entre enero y julio de 2009. Esto demuestra no sólo la falencia del Estado al no acopiar datos oficiales sobre esta problemática sino también la necesidad de un registro oficial. (Fuente: Casa del Encuentro, Artemisa Comunicación, Amnistía Internacional).

- Una investigación realizada por Amnistía Internacional (AI) de Argentina, destaca que cada dos días y medio una mujer muere como consecuencia de las agresiones de esposos y/o parejas. Esta investigación se basó en un seguimiento de los medios de comunicación . Según AI, estos datos no incluyen los casos de mujeres hospitalizadas por agresiones y que posteriormente fallecen. Tampoco los medios registran los suicidios que cometen aquellas mujeres por causa de la violencia conyugal. (Fuente: RIMA, junio 2008).

- La violencia femicida/feminicida, también se cierne sobre mujeres profesionales y/o pertenecientes a sectores medios acomodados. Este es el caso de Rosa Elvira Fridlmeier, de 44 años asesinada a balazos por Roberto Enrique Sparadi, vicecomodoro de la Fuerza Aérea. Rosa Elvira era también oficial aeronáutica. Los medios registraron el asesinato como un “crimen pasional” ocurrido durante una discusión de la pareja en un departamento de Retiro. (Fuente: Agencia TELAM, mayo 2008).

- Entre diciembre de 2007 y marzo de 2008, cinco mujeres fueron asesinadas en la provincia de Entre Ríos. Los asesinos:sus maridos y/o ex parejas. Dos ellas salvaron milagrosamente. En esa provincia no existen datos estadísticos que den cuenta de los casos de femicidios, ni tampoco sobre la cantidad de denuncias que se realizan por violencia doméstica y sexual. (Fuente: Periodismo social, abril 2008).

- Según una investigación realizada en Mendoza, entre enero y diciembre del año 2005, 22 mujeres fueron asesinadas por sus maridos, convivientes y novios. En el 31 po ciento de los casos los asesinos usaron armas de fuego. (Fuente: María Paula Vetrugno. “Pasión y muerte. Mujeres asesinadas en Mendoza, 2004-2005. Asociación Civil Espacios para el Proyecto Social, 2006).

- Entre enero a octubre de 2007, el número de femicidios/feminicidios, fue 47 en total, de ellos ocho se registraron en octubre en Buenos Aires-Tandil, Mendoza-Guaymayén, Santiago del Estero, Bajo Flores Villa 11 14 Capital Federal, San Martín-Villa Lynch, General Roca-Río Negro, Las Heras-Mendoza y Córdoba. (Fuente: Gabriela Barcaglioni. Artemisa Noticias).

- De acuerdo a un registro de la prensa argentina, hubo 56 femicidios/feminicidios en el año 2006; 38 en el 2005 y 34 en el 2004. (Fuente: Gabriela Barcaglioni. Artemisa Noticias).

- En la provincia de Buenos Aires, el 70 por ciento de los asesinatos de género ocurridos entre 1997 y 2003, fueron perpetrados por conocidos de las víctimas: maridos, amantes, convivientes y/o parientes. En total en ese período murieron violentamente mil 284 mujeres, la mitad bajo la acción de armas de fuego.(
Fuente: Femicidios e Impunidad. Centro de Encuentros Cultura y Mujer).

Fuente: Banco Datos Femicidios

lunes, 30 de noviembre de 2009

Violencia de Género: 40% de las mujeres de América Latina y El Caribe es víctima de violencia

Fuente: CEPAL

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó el informe "¡Ni una más! Del dicho al hecho: ¿Cuanto falta por recorrer?", sobre la violencia contra la mujer. El estudio denuncia que en la región existen serias deficiencias en la aplicación de las normas internacionales que buscan proteger a la mujer, así como en la provisión de recursos, servicios y en el acceso a la justicia por parte de las víctimas.

ANTECEDENTES

La violencia contra la mujer
es el crimen encubierto más numeroso del mundo

Todos los días y en todas partes las mujeres son asesinadas en crímenes ligados a la sexualidad y por el solo hecho de ser mujeres. En los últimos años los movimientos de mujeres de distintos países vienen denunciando los feminicidios (1), un concepto que pretende dar cuenta de su especificidad, del hecho de ser crímenes sexistas. "Al igual que el concepto de violencia hacia las mujeres, se trata de un concepto acuñado como resultado de nuevos enfoques, de una nueva comprensión de prácticas que no resultan nuevas. Mientras que el concepto de violencia sexista tiene ya varias décadas, el de feminicidio es más reciente: cuestiona los argumentos que tienden a disculpar y a representar a los agresores como 'locos' o a concebir estas muertes como 'crímenes pasionales', o bien, a atenuar su importancia en el caso de situaciones de conflicto o guerra, como si estos contextos justificasen por sí solos la transgresión a las más elementales normas sociales." (Silvia Chejter, "Femicidios e impunidad", 2005)

La violencia contra las mujeres está reconocida como una violación de los derechos humanos en muchos acuerdos y tratados internacionales, regionales, y compromisos nacionales, que deberían servir como herramientas y garantías reales para trabajar hacia la prevención de estos crímenes. Como ejemplo basta señalar la Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW en inglés) y el Protocolo Opcional, 1979/1999, que llama a los Estados a llevar una "política de eliminación de la violencia contra las mujeres" y habilita a las mujeres a nivel nacional a reclamar y hacer que sus reclamos se tengan en cuenta; la Declaración de Naciones Unidas (ONU) sobre la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, 1993; el capítulo dedicado a la violencia contra las mujeres en la Plataforma de la Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer, Beijing 1995; el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (ICC), 1998, incluye a la violencia sexual -la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada y los embarazos forzados- en la definición de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra; en la revisión de Beijing (Beijing +5) se llama a la criminalización de la violencia contra las mujeres y a contar con medidas para terminar con la violencia contra las mujeres por motivos de raza y se incluyeron por primera vez los crímenes de honor; la Declaración del Milenio de Naciones Unidas, 2000 plantea "combatir todas formas de violencia contra la mujer", así como el apoyo de algunas de las convenciones mencionadas anteriormente.

Sin embargo, a varios años de firmados esos acuerdos, crímenes como los exterminios masivos de mujeres, las violaciones, abusos y acosos sexuales, la violencia doméstica, la trata de mujeres y niñas, la prostitución forzada, la esclavitud sexual, la violencia en situaciones de conflicto armado, el embarazo forzado, el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto a favor de bebés varones, los asesinatos por cuestiones de honor, la violencia por causas de dote, la mutilación genital femenina y otras prácticas y abusos, siguen siendo practicados con impunidad.

Analizando los avances logrados en la legislación internacional y por las campañas y activismo de las organizaciones de mujeres, éstos han conseguido dar visibilidad a la desigualdad existente entre los géneros y las estructuras de opresión que la perpetúan. Se ha logrado el reconocimiento oficial de la violencia sufrida por las mujeres considerándola una violación de sus derechos humanos junto con el compromiso de los gobiernos de condenarla. Pero, la implementación de estos compromisos queda en manos de la voluntad de los Estados. Ahí es donde muchas veces saltan a la vista las limitaciones de estos logros internacionales, que chocan con la falta de voluntad política para prevenir, investigar y sancionar estos crímenes.

Hay algunos casos paradigmáticos: desde 1993 hasta enero de 2006, más de 430 mujeres han sido asesinadas y más de 600 están desaparecidas (presumiblemente asesinadas también) en Ciudad Juárez, México, en un escenario donde se concentran la industrialización fronteriza de las maquilas, la marginación, inmigración, machismo exacerbado, narcotráfico, prostitución, impunidad y corrupción política y policial. En Guatemala, al igual que en Ciudad Juárez, cerca de dos mil mujeres fueron asesinadas entre 2001 y 2005. Las mayores víctimas tienen entre 12 y 25 años y viven en las regiones más pobres del país. Los métodos varían desde la utilización de armas de fuego, e incluyen torturas, violación y posterior asesinato. Junto al incremento de estos crímenes existe también un aumento de amenazas y hostigamiento hacia las distintas organizaciones que asumen la denuncia pública de las masacres.

A estos alarmantes hechos recientes hay que sumar los feminicidios en las guerras, en muchas ocasiones asociados a violaciones masivas, como los ocurridos en la ex Yugoslavia, Rwanda, República Democrática del Congo, por citar sólo algunas situaciones de las últimas décadas. Actualmente estos crímenes aparecen sancionados severamente en el Estatuto de la Corte Penal Internacional.

La violencia contra la mujer, tal como se manifiesta en estos casos, no sólo constituye una forma de discriminación sino que comporta violaciones al derecho a la vida, a la integridad física, libertad, seguridad y protección judicial consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, entre otras. Estas normas internacionales reafirman la obligación del Estado de esclarecer la verdad, hacer justicia y proporcionar reparación a las víctimas, aun cuando sus derechos han sido violados por particulares.

”El tema de la violencia contra las mujeres sigue marcado por dos aspectos importantes: el tema de la impunidad y el de la implementación de los mecanismos, que en última instancia deberían ser parte de una nueva visión que incorpore, junto al marco de los derechos humanos, las conexiones con los temas y las organizaciones que trabajan por la paz, la justicia económica y la seguridad”.

“El estatus de las mujeres de todas las regiones y las diversas violaciones a sus derechos humanos que antes estaban ocultas y silenciadas han salido a la luz, ligando los movimientos locales a un movimiento de mujeres global que sigue creciendo. Es momento de cerrar el ciclo de la victimización para abrir el del empoderamiento y permitir que las mujeres se sientan sujetas de derechos capaces de enfrentar un sistema de justicia altamente sexista, racista, clasista y homófobo. ("Humanidades, derechos y violencia de género", Ana Elena Obando)

Si bien bajo la palabra feminicidios se pueden reunir las diferentes formas y situaciones donde las mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres, en este informe realizamos cierta categorización con el objetivo de facilitar la organización del mismo.

(1) Femicidio o feminicidio se refiere al asesinato masivo de mujeres, representa una escala de la violencia de género o maltrato de mujeres. Está relacionado con el término genericidio creado por Mary Anne Warren en 1985 en su libro "Gendercide: The Implications of Sex Selection" (Genericidio: las implicaciones de la selección por sexos). Actualmente es parte del bagaje teórico feminista. Sus sintetizadoras son Diana Russell y Jill Radford: "Femicide. The politics of woman killing.. La Doctora Lagarde tradujo femicide como feminicidio y así se ha difundido. En castellano femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de mujeres. Para diferenciarlo se eligió la voz feminicidio y denominar así al conjunto de hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres. Fuente: AWID


viernes, 13 de noviembre de 2009

Dos investigaciones sobre violencia familiar

12.11.2009

'Violencia familiar. Aportes para la discusión de políticas públicas y acceso a la justicia' acaba de ser lanzado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. Presenta los resultados de una encuesta sobre percepciones y actitudes de las mujeres acerca de la violencia familiar y una investigación cualitativa sobre las dificultades que las mujeres tienen para denunciar la violencia. Ofrecemos un adelanto.

Este capítulo presenta parte de los resultados obtenidos por un estudio realizado en el año 2006 que se propuso brindar –en la medida de las posibilidades que permitían sus restricciones- una caracterización de la situación, actitudes y percepciones de las mujeres residentes en los principales centros urbanos argentinos acerca de distintos aspectos de sus condiciones de vida: integración familiar; situación laboral y ámbito de trabajo hogareño; participación política y social; conciencia de género; salud sexual y reproductiva y violencia familiar.
(…)
El estudio se basa en los datos obtenidos mediante una encuesta aplicada entre el 7 de marzo y el 18 de abril de 2006 sobre una muestra de 1.600 mujeres de entre 18 y 69 años de edad, residentes en los tres principales aglomerados urbanos de la Argentina: área Metropolitana, Gran Córdoba y Gran Rosario.
(...)

1. La importancia de la violencia familiar en la Argentina

La enorme mayoría de las entrevistadas cree que la violencia de algún miembro de la familia sobre otro es un problema que se da con frecuencia en la Argentina. Solamente respecto de la violencia ejercida por la mujer sobre su pareja, predomina la impresión de que se trata de una situación poco frecuente.
La forma de violencia que la mayoría de las entrevistadas considera muy frecuente es la que ejerce el marido sobre la mujer. Algo menos de la mitad de las entrevistadas opina que es muy frecuente también la violencia del padre sobre los hijos y la de jóvenes o adultos sobre los ancianos de la familia.
Si bien hay menor grado de consenso respecto de la violencia ejercida por la madre sobre los hijos, no deja de ser notable que la mayoría de las mujeres lo considere un fenómeno frecuente, y una cuarta parte de ellas, muy frecuente.
Respecto de las cinco situaciones planteadas es más habitual en Córdoba que en las demás ciudades que la entrevistada conteste no saber el nivel de frecuencia con que se presentan las distintas formas de violencia.
La percepción de que cada una de estas formas de violencia es un fenómeno muy frecuente en el país está significativamente más extendido cuanto menor es el nivel de educación formal completado por las entrevistadas. Por lo demás, las diferencias que se observan más a menudo se establecen entre la proporción que contesta que se trata de un fenómeno muy frecuente en la Argentina y la que responde simplemente frecuente.

1.1. Violencia del marido o pareja sobre la mujer

Un análisis según el lugar de residencia de la mujer entrevistada muestra que la violencia del marido o pareja sobre la mujer se considera muy frecuente más a menudo en Rosario (70%) que en Gran Buenos Aires (62%). Esa consideración está menos extendida en Córdoba (45%), debido a que el 18% responde no saber.
También consideran que la violencia ejercida por el marido o pareja sobre la mujer es muy frecuente en mayor proporción:
· las mujeres con hijos chicos, que viven sin pareja (71%), en relación a las que tienen otras situaciones familiares
· las mujeres de menor instrucción (67%) respecto de las de educación media (60%) y alta (52%)
En forma similar al caso anterior, las mujeres que responden que la violencia del padre sobre los hijos es muy frecuente son en mayor proporción las mujeres con hijos chicos que viven sin pareja (respecto de las mujeres en otras situaciones familiares) y las mujeres de menor instrucción (respecto de las mujeres con educación media y alta). A estos sub-grupos se agregan:
· las mujeres que no viven en pareja y viven con hijos de 14 o más años (53%)
· las que tienen entre 30 y 39 años de edad, respecto de las más jóvenes o las mayores (50%).

1.3. Violencia de jóvenes o adultos sobre ancianos de la familia

No hay diferencias importantes en las respuestas de las mujeres residentes en las distintas ciudades, excepto las derivadas de que en Córdoba la tercera parte de las entrevistadas responde no saber.
Sin embargo, se identifica una mayor proporción de mujeres que responde que la violencia de jóvenes o adultos sobre los ancianos de la familia es muy frecuente entre:
· mujeres con pareja e hijos de 14 y más años (53%)
· mujeres sin pareja e hijos chicos (55%)
· mujeres de menor instrucción (55%)
· mujeres de 50 años y más (52%).
La percepción de la violencia contra los ancianos de la familia como un fenómeno poco frecuente en la Argentina está levemente más extendida a menor edad de la mujer entrevistada.

1.4. Violencia de la madre sobre los hijos

Entre las mujeres que respondieron que la violencia de la madre sobre los hijos es muy frecuente, se registra una proporción levemente mayor entre:
· mujeres sin pareja e hijos de 14 y más años (35%)
· mujeres de menos educación (30%).
Se observan diferencias en la proporción en que los diferentes subgrupos de mujeres contestan que la violencia de la madre sobre los hijos es poco frecuente. Esta consideración está más extendida entre:
· mujeres sin pareja ni hijos (45%)
· mujeres que no trabajan ni trabajaron antes (41%)
· mujeres menores de 30 años (42%)
Estas variables, por otra parte, se encuentran correlacionadas entre sí.

1.5. Violencia de la mujer sobre su marido o pareja

Las mujeres entrevistadas que consideran que violencia de la mujer sobre su marido o pareja es muy frecuente son minoría en todos los subgrupos analizados. Esa minoría es levemente mayor entre:
· mujeres con pareja y sin hijos (15%)
· mujeres sin pareja, con hijos de 14 años y más (15%)
· las mujeres de menor educación (13%)
· las mayores de 60 años (15%).
La mayoría de las mujeres entrevistadas que considera que se trata de una situación poco frecuente, es mayor entre las más jóvenes (65%) y es menor, en cambio:
· en Córdoba (41% vs. 61% y 60% en GBA y en Rosario respectivamente), por la gran proporción que responde no saber (38% en este caso)
· entre mujeres con hijos de 14 años y más, vivan o no en pareja (51% y 53%, vs. 59% o más entre quienes tienen otras situaciones familiares)
· entre las mayores de 60 años (48%).
(...)

Imagen tomada de: http://desafiosycompromisos.blogspot.com/2009/08/el-22-se-realizara-una-jornada-de.html

Fuente: Artemisa Noticias

La presión estética contra mujeres es ilegal e ilegítima

Establecimientos de belleza encubiertos funcionan sin regulación sanitaria
México DF, Viernes 13 de noviembre de 2009, por Laura Viadas


México, D.F., 13 nov. 09 (AmecoPress/CIMAC.- La investigación iniciada a partir de un mal tratamiento estético aplicado a la cantante Alejandra Guzmán puso al descubierto el fructífero "mercado negro" de producción y venta de medicamentos para tratamientos de belleza, en su mayoría apócrifos.

Esto quedó demostrado tras el aseguramiento realizado por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en un laboratorio clandestino donde, violentando las normas sanitarias, se fabricaban imitaciones de los medicamentos más populares en tratamientos estéticos.

El polimetilmetacrilato es un biopolímero alemán, distribuido principalmente bajo la marca "Biomet", que forma una resina diseñada originalmente para adherir prótesis óseas, piezas dentales, y para el área de la construcción y los cosméticos.

Hace aproximadamente cinco años, este biopolímero comenzó a utilizarse para tratamientos estéticos, principalmente para moldear glúteos, senos, labios y nariz con la "promesa" de dar resultados inmediatos sin necesidad de cirugías ni de tratamiento hospitalario.

Lo que resulta verdaderamente un escándalo es que, por tratarse de una cantante popular, ahora sí se preste atención a una presión a la cual estamos sometidas todas las mujeres: ser bellas tiene un precio y, si no se puede pagar el más alto –el que parece asegurar la vida-, no importa si se trata de uno más barato, aunque implique riesgos.

Contra lo que hoy los medios y las autoridades informan sobre “clínicas clandestinas” que pasan como “centros de belleza integral”, lo que está detrás de tales establecimientos es el negocio de mercenarios que han logrado explotar la mina de oro estética sea por vanidad, por inseguridad o por el simple hecho de que pareciera estar de moda pretender cuerpos de diosas perfectas.

Evidentemente es ilegal permitir que operen estas clínicas de embellecimiento sin ningún tipo de regulación sanitaria; ilegal y sospechoso, pues alguien tuvo que extender esos permisos. Pero también es cruelmente ilegítimo en la parte social, ya que las promesas de idílica belleza no se cumplen y dejan a miles de mujeres sumidas en la frustración.

Nombres de productos que se utilizan hay muchos; por ahora el más famoso es el pirata del "Biomet", que se comercializa y aplica a pacientes tal como ocurrió en las clínicas de belleza de Valentina de Albornoz, lo que viola la Ley General de Salud.

El fiscal a cargo del caso indicó la promoción ilegal de medicamentos se lleva a cabo principalmente mediante páginas de internet, aprovechando la pobre regulación que existe en materia de comercio, con ofertas para adquirir los productos a mil 950 pesos la pieza.

Tras años de un mercado dudoso, ahora los funcionarios llaman al "sentido común" de las personas para que no se dejen engañar ni adquieran medicamentos de ese tipo.

Pero no sólo se venden en la red: en prácticamente cualquier colonia basta caminar cuatro cuadras para que las mujeres encuentren algún anuncio que augura perfección para nuestros cuerpos, sea empleando productos que usan extractos mágicos o visitando médicos recién egresados, opciones para quienes menos tienen y para aquéllas que irremediablemente intentan ser eternamente deseables sin importar el sacrificio.

Ahí esta otra investigación pendiente: la de los mágicos tratamientos que se ingieren y la de los médicos pasantes que pretenden ser los próximos Midas de la presión social contra las mujeres.

Fuente: AmecoPress/CIMAC

jueves, 12 de noviembre de 2009

Salud de la mujer

DATOS PRINCIPALES

- Por término medio, las mujeres viven de seis a ocho años más que los hombres.
- En 2007, la esperanza de vida al nacer de las mujeres era de más de 80 años en 35 países, pero tan sólo de 54 años en la Región de África.
- Las niñas tienen muchas más probabilidades que los niños de padecer abusos sexuales.
- En los países de ingresos medio-altos, los traumatismos por accidentes de tránsito son la principal causa de mortalidad entre las adolescentes.
- El 99% del medio millón de muertes maternas que se registran cada año se produce en países en desarrollo.
- El cáncer de mama es el tipo de cáncer más mortífero entre las mujeres de 20 a 59 años en los países de ingresos altos.
- A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares, a menudo consideradas un problema "masculino", son la principal causa de mortalidad entre las mujeres.

Lactantes y niños (0 a 9 años)

Tanto las tasas de mortalidad como las causas de mortalidad son similares para los niños y para las niñas durante la infancia y la adolescencia. Los partos prematuros, la asfixia neonatal y las infecciones son las principales causas de mortalidad durante el primer mes de vida, que es cuando las tasas de mortalidad son más elevadas.
La neumonía, la diarrea y el paludismo son las principales causas de mortalidad en los cinco primeros años de vida, y a ellas contribuye de forma importante la malnutrición.

A nivel mundial, las niñas menores de cinco años tienen más probabilidades de padecer sobrepeso que los niños, factor que -junto a la obesidad- puede dar lugar a la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor y algunos tipos de cáncer en etapas posteriores de la vida.

Las niñas tienen muchas más probabilidades que los niños de sufrir violencia sexual (cualquier tipo de abuso sexual: un 8,7% de niños frente a un 25,3% de niñas a nivel mundial).

Adolescentes (10 a19 años)

Traumatismos involuntarios: Los traumatismos provocados por accidentes de tránsito son la principal causa de mortalidad entre las adolescentes (10 a 19 años) en los países de ingresos medio-altos.

Salud mental: Los suicidios y los trastornos mentales contribuyen en gran medida a la carga de morbilidad y mortalidad en todas las regiones.

VIH/SIDA: La incidencia de la infección por VIH es alta en casi todos los países con una epidemia generalizada de VIH. Las adolescentes están expuestas a tener relaciones sexuales poco seguras, y a menudo no deseadas o forzadas, que pueden hacer que contraigan el VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual y dar lugar a embarazos no deseados y abortos peligrosos.

Embarazos de adolescentes: Las complicaciones del embarazo son una importante causa de mortalidad entre las jóvenes de 15 a 19 años de los países en desarrollo; los abortos peligrosos -practicados por personas no preparadas en condiciones de falta de higiene- contribuyen en gran medida a esas muertes.

Abuso de sustancias: Las adolescentes consumen cada vez más tabaco y alcohol, lo que puede poner en peligro su salud, sobre todo en una etapa posterior de su vida, al igual que la mala alimentación y la falta de ejercicio físico. Se ha comprobado que la publicidad del tabaco se orienta cada vez más al sexo femenino.

Mujeres en edad reproductiva (15 a 44 años) y mujeres adultas (20 a 59 años)

VIH/SIDA: Para las mujeres en edad reproductiva (15 a 44 años), el VIH/SIDA es la principal causa de mortalidad y morbilidad en el mundo entero, mientras que las relaciones sexuales no seguras constituyen el mayor factor de riesgo en los países en desarrollo. Los factores biológicos, la falta de acceso a información y servicios de salud, la vulnerabilidad económica y la relación de poder desigual en las relaciones sexuales exponen especialmente a las mujeres jóvenes al riesgo de contraer la infección por VIH.

Salud materna: Todos los años, el 99% de los cerca de medio millón de muertes maternas registradas se producen en países en desarrollo. Pese al incremento del uso de anticonceptivos en los últimos 30 años, siguen siendo muchas las necesidades sin atender en todas las regiones. Por ejemplo, en el África subsahariana, una de cada cuatro mujeres que desea espaciar sus embarazos o dejar de tener hijos no utiliza ningún método de planificación familiar.

Tuberculosis: La tuberculosis está a menudo relacionada con la infección por VIH y es la tercera causa más importante de mortalidad entre las mujeres en edad reproductiva (15 a 44 años) de los países de ingresos bajos y a nivel mundial. Asimismo, se sitúa en el quinto lugar a nivel mundial entre las mujeres de 20 a 59 años.

Traumatismos: Los traumatismos provocados por accidentes de tránsito figuran entre las 10 causas principales de mortalidad de las mujeres adultas (20 a 59 años) a nivel mundial. Además, en la Región de Asia Sudoriental, las quemaduras son una de las mayores causas de mortalidad entre las mujeres de 15 a 44 años. Las mujeres sufren lesiones y mueren por causas relacionadas con el fuego en mucha mayor medida que los hombres. Numerosas muertes se deben a accidentes ocurridos en la cocina y muchas son resultado de casos de violencia por parte de la pareja y violencia en el hogar.

Cáncer del cuello uterino: El cáncer del cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más frecuente en la mujer, y prácticamente todos los casos están relacionados con la infección genital por papilomavirus humanos (PVH). Cerca de un 80% de los casos y una proporción aún mayor de las muertes por esta causa se registran hoy en países de bajos ingresos, donde prácticamente no hay acceso a la detección y tratamiento de esta enfermedad.

Violencia: La violencia contra la mujer está generalizada en todo el mundo. Las mujeres que han sido víctimas de abusos físicos o sexuales presentan tasas más elevadas de enfermedad mental, embarazo no deseado y aborto, tanto espontáneo como inducido, que las que no han sufrido esos abusos. La mayoría de las agresiones contra las mujeres son cometidas por varones con los que tienen una relación íntima. En muchos conflictos se utiliza también cada vez más la violencia sexual como táctica de guerra.

Depresión y suicidio: Las mujeres son más propensas que los hombres a la depresión y la ansiedad. Unos 73 millones de mujeres adultas sufren cada año en todo el mundo un episodio de depresión mayor. Se calcula que los trastornos mentales, entre otros la depresión, afectan aproximadamente a un 13% de las mujeres en el año siguiente al parto. El suicidio es la séptima causa de muerte entre las mujeres de 20 a 59 años.

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): El consumo de tabaco y el uso de combustibles sólidos para cocinar y calentarse son los principales factores de riesgo de EPOC en la mujer. Las mujeres son quienes suelen cocinar, por lo que su carga de EPOC causada por exposición al humo en interiores es un 50% más elevada que en los hombres.

Mujeres de edad avanzada (60 años o más)

Las mujeres tienden a vivir más que los hombres, por lo que representan una proporción cada vez mayor de la población anciana. A nivel mundial, en 2007 el 55% de los adultos de 60 años o más eran mujeres, y entre los de 70 años o más la cifra correspondiente era del 58%. Las enfermedades crónicas, en especial las cardiovasculares y la EPOC, son la causa del 45% de las muertes de mujeres de 60 años o más. Otro 15% de esas muertes se debe al cáncer, sobre todo de mama, pulmón y colon. La mayoría de los problemas de salud de las mujeres de edad avanzada están relacionados con factores de riesgo que aparecen en la adolescencia y la edad adulta, como el consumo de tabaco, el sedentarismo y las dietas malsanas. Otros problemas de salud debilitantes de las mujeres de edad avanzada son la pérdida de visión (en particular por cataratas) y audición, la artritis, la depresión y la demencia.

Enfermedades cardiovasculares: infartos de miocardio y accidentes vasculares cerebrales: A escala mundial, las enfermedades cardiovasculares (principalmente los infartos de miocardio, la cardiopatía isquémica y los accidentes vasculares cerebrales), a menudo consideradas un problema "masculino", son la principal causa de muerte de las mujeres de edad avanzada. Los síntomas de las mujeres y los hombres suelen ser distintos, lo que contribuye a que algunos casos femeninos de cardiopatía pasen inadvertidos. Las mujeres también tienden a presentar cardiopatías más tardíamente que los hombres. El tabaco está relacionado con cerca de un 10% de los casos de enfermedad cardiovascular en la mujer.

Cáncer de mama, pulmón y colon: Estos tres tipos de cáncer se encuentran entre las diez causas de muerte más frecuentes en las mujeres de edad avanzada de todo el mundo. La incidencia (nuevos casos) de cáncer de mama es mucho mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos o medios, pero la mortalidad es similar. Esto se debe a la disponibilidad de mejores tratamientos en los países de ingresos altos. Por otra parte, tanto la incidencia como la mortalidad del cáncer de pulmón y colon son mayores en los países de ingresos altos. A escala mundial, el 71% de las muertes por cáncer de pulmón se debe al consumo de tabaco.

Las 10 causas principales de defunción entre las mujeres por grupos de ingresos(2004)



















Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS)

La OMS exhorta a actuar más allá del sector sanitario para mejorar la salud de las mujeres y las niñas

Pese a los progresos realizados, las sociedades siguen fallando a la mujer en momentos clave de su vida

9 DE NOVIEMBRE DE 2009 GINEBRA -- Aun cuando se han realizado considerables progresos en los últimos decenios, las sociedades no atienden aún a las necesidades sanitarias de las mujeres en momentos clave de su vida, particularmente en los años de la adolescencia y la vejez, según se indica en un informe de la OMS.

En el lanzamiento del informe, titulado Las mujeres y la salud: los datos de hoy, la agenda de mañana, la Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan, pidió una acción urgente tanto en el sector de la salud como en otros sectores para mejorar la salud y la vida de las mujeres y las niñas de todo el mundo desde el nacimiento hasta la vejez.

«Si se niega a las mujeres la oportunidad de desarrollar plenamente su potencial humano, incluida sus posibilidades de llevar una vida más sana y, al menos, un poco más feliz ¿está verdaderamente sana la sociedad en su conjunto? ¿Qué nos dice esto acerca del estado del progreso social en el siglo XXI?», se preguntaba la Dra. Chan.

Las mujeres dispensan la mejor parte de la atención sanitaria, pero pocas veces reciben la atención que necesitan.

En el mundo entero, el grueso de la atención sanitaria está a cargo de las mujeres, ya sea el hogar, en la comunidad o en el sistema de salud, y sin embargo, en esa atención aún no se abordan las necesidades y los problemas específicos de las mujeres a lo largo de su vida.

Hasta el 80% de toda la atención de salud y el 90% de la atención de enfermedades relacionadas con el VIH/Sida se prestan en el hogar, casi siempre por parte de mujeres. No obstante, con demasiada frecuencia, las mujeres carecen de apoyo, de reconocimiento y de remuneración en esa función esencial.

A la hora de atender a las necesidades de salud de la mujer, es más probable que se disponga de ciertos servicios, como la atención durante el embarazo, que de otros como los de salud mental, violencia sexual y detección y tratamiento del cáncer de cuello de útero.

Por otra parte, en muchos países los servicios de salud sexual y reproductiva tienden a centrarse exclusivamente en las mujeres casadas dejando de lado las necesidades de las que no lo son y de las adolescentes. Son pocos los servicios que se ocupan de otros grupos marginados de mujeres, como las consumidoras de drogas por vía intravenosa, las pertenecientes a minorías étnicas y las mujeres de las zonas rurales.

«Es hora de compensar a las mujeres y las niñas, garantizarles la atención y el apoyo que necesitan para que en todo momento de su vida puedan gozar de uno de los derechos humanos fundamentales como es el derecho a la salud», señaló la Dra. Chan.

Las mujeres viven más que los hombres, pero esos años suplementarios no siempre se acompañan de buena salud.

El VIH, las dolencias relacionadas con el embarazo y la tuberculosis siguen siendo unas de las principales causas de muerte de las mujeres de entre 15 y 45 años en el mundo entero. No obstante, a medida que la mujer envejece, las enfermedades no transmisibles pasan a ser las principales causas de defunción y discapacidad, particularmente después de los 45 años.

En todo el mundo, los ataques cardíacos e ictus, con frecuencia considerados problemas «masculinos», son también las dos principales causas de muerte de las mujeres. Como las mujeres suelen presentar síntomas diferentes que los hombres, las cardiopatías muchas veces no se les diagnostican correctamente. También tienden a padecer estas enfermedades más tarde que los hombres.

Dado que las mujeres suelen vivir en promedio entre seis y ocho años más que los hombres, representan una proporción creciente de la población de mayor edad. Las sociedades tienen que prepararse ya para abordar los problemas de salud y los costos asociados con la tercera edad y prever los grandes cambios sociales que se producirán en la organización del trabajo, la familia y el apoyo social.

A pesar de algunas ventajas biológicas, la mujer se ve afectada en su salud por una situación socioeconómica inferior.

La falta de acceso a la educación, a cargos de responsabilidad y al ingreso puede limitar las posibilidades de la mujer de proteger la propia salud y la de su familia. Aunque existen grandes diferencias respecto de la salud de la mujer entre las regiones, los países y las clases socioeconómicas, las mujeres y las niñas afrontan problemas similares, en particular la discriminación, la violencia y la pobreza, que aumentan su riesgo de mala salud.

Por ejemplo, en el caso del VIH/Sida, el riesgo que entraña la diferencia biológica se agrava en las culturas que limitan el conocimiento de la mujer acerca del VIH y su posibilidad de negociar relaciones sexuales seguras.

«No veremos progresos significativos mientras las mujeres sigan siendo consideradas ciudadanas de segunda clase en tantas partes del mundo», señaló la Dra. Chan. «En muchas sociedades los hombres ejercen el control político, social y económico. El sector de la salud no puede permanecer ajeno a ello. Estas desiguales relaciones de poder se traducen en una desigualdad de acceso a la atención de salud y una desigualdad en el control de los recursos sanitarios», añadió.

Se necesitan cambios y medidas de política en el sector de la salud y fuera de él.

En el informe se procura identificar áreas clave de reforma, tanto dentro como fuera del sector de la salud. Ello comporta determinar mecanismos para establecer un liderazgo más firme con la plena participación de organizaciones femeninas, fortalecer los sistemas de salud para que atiendan mejor las necesidades de las mujeres a lo largo de su vida, propiciar cambios en la política pública para conocer de qué manera los determinantes sociales y económicos de la salud afectan adversamente a las mujeres, y dotarse de una base de conocimientos que permitan un mejor seguimiento de los progresos.

Las estrategias para mejorar la salud de la mujer también deben tener plenamente en cuenta la desigualdad de género y abordar los obstáculos socioeconómicos y culturales concretos que impiden a las mujeres proteger y mejorar su salud, se señala en el informe.



Fuente: OMS

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