ACTUALIDAD - Nodo Género y Políticas de Equidad

martes, 12 de enero de 2010

Menos machos, más hombres

En 23 municipios de Antioquía, Colombia, se trabaja para replantear la tradicional identidad masculina

Bogotá, Colombia, martes 12 de enero de 2010, por Ángela Castellanos

Bogotá, 12 ene. 10. AmecoPress/SEMlac.- En nuestra sociedad hay mucha violencia contra las mujeres y también desigualdad, por eso estamos trabajando para construir una región con equidad de género", afirmó a SEMlac Ricardo Villa, miembro del grupo de hombres del suroeste de la provincia colombiana de Antioquia. Se trata de una agrupación de varones que trabaja en 23 municipios de una región, donde tradicionalmente niños y niñas crecen escuchando que "los hombres en la cocina huelen a caca de gallina".

"Hacemos talleres donde trabajamos desde la subjetividad, pues creemos que es desde allí que se logran transformaciones. Pensamos que los hombres también podemos hacer trabajo doméstico y compartir los puestos de dirección en nuestros municipios", agregó Villa. Este es uno de los cerca de 20 grupos existentes en distintas ciudades y regiones de Colombia que busca replantear la identidad masculina y combatir la violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.

"Ya se ha asentado la experiencia en grupos juveniles que trabajan con relativa autonomía", aseguró a SEMlac Javier Omar Ruiz, miembro de la dirección del Colectivo Hombres y Masculinidades, una ONG que desde 1996 está impulsando procesos de construcción de identidades masculinas no patriarcales. El Colectivo cuenta con seis grupos asociados, entre los que hay agrupaciones de varones jóvenes, de música rock, de arte urbano, de danza y de niñas y niños. Mediante talleres, actos, programas académicos, proyectos de intervención social y campañas, se "busca desarrollar procesos de transformación del sistema patriarcal, a través del impulso de la equidad de género y de dinámicas de construcción de nuevas masculinidades, desde una perspectiva relacional de género".

Dicha perspectiva consiste en incorporar el trabajo de masculinidades en el enfoque de género, movilizar a los hombres y desconectarlos de los imperativos que los han llevado al maltrato de las mujeres. Por tanto, supone ir más allá de la solidaridad con ellas, es cambiar los dispositivos de las relaciones patriarcales entre hombres y mujeres. "Hemos tenido buenas relaciones con las organizaciones de mujeres, pero al principio enfrentamos resistencias con entidades institucionales a cargo de políticas públicas para ellas. Ahora ya somos convocados y consultados por estas instancias a nivel de Bogotá", explicó Ruiz.

El Colectivo Hombres y Masculinidades ha desarrollado procesos formativos de promotores de nuevas masculinidades con jóvenes de diversas ciudades, los cuales se plasmaron en el Encuentro Distrital de Hombres, realizado en el año 2000 a nivel de Bogotá, y en el Encuentro Nacional de Jóvenes por Nuevas Masculinidades, que tuvo lugar en 2007. De manera paralela, los impulsores de nuevas masculinidades han desarrollado campañas. Entre 2005 y 2008 el Colectivo presidió la denominada "Lazo Blanco de No Violencia a las Mujeres", originada en Canadá, en la que se formaron y movilizaron grupos de jóvenes colombianos para levantar una barrera contra esta violencia.

El trabajo de la Iglesia Menonita

Como la masculinidad no tiene raza, credo ni condición, los procesos de transformación de la identidad masculina ya han llegado a hombres desplazados y desmovilizados del conflicto armado, habitantes de la calle, reclusos, afrodescendientes, indígenas, policías y religiosos. Entre estos últimos, se encuentra la Iglesia Menonita, que buscó apoyo en el colectivo para empezar el proceso. "Se ha hecho una mala lectura de la Biblia, en particular de las Cartas a los Corintios y otras, según la cual el hombre tendría una preponderancia sobre la mujer. Creemos que el mensaje de Jesús dignifica a la mujer. Pero los textos bíblicos fueron recogidos por varones y el trabajo de muchas mujeres, incluso discípulas, no quedó registrado", afirmó a SEMlac José Antonio Vaca, representante de la regional occidente de la Iglesia Menonita.

La labor de los hombres menonitas empezó hace unos cinco años, con la motivación de "transformar la formación machista que vivimos en la familia y que se reafirma con estas malas lecturas". Tras transitar un proceso de talleres con varones menonitas, en 2009 se llevó a cabo el I Encuentro de hombres y mujeres para hablar de equidad de género. "En nuestra Iglesia hay pastoras ordenadas, de hecho desde hace tres años la presidenta de la Iglesia en Colombia es una mujer. Pero hay muchas otras congregaciones religiosas que no quieren que ellas detenten posiciones de dirección. Eso es injusto porque la mayoría de sus fieles son mujeres, y en ocasiones sólo las convocan para que trabajen, pero los maestros de la escuela dominical son sólo hombres", agregó Vaca.

La metodología promovida por el Colectivo se basa en talleres con énfasis en experiencias reflexivas, emocionales y corporales. "La reacción más común de los hombres que asisten es la sorpresa. Empezamos con las pautas de crianza, que nos son comunes a todos, y luego pasamos a cómo nos ha impactado en nuestra vida sexual y social", comentó Ruiz.

El colectivo considera que su metodología puede contribuir a la solución de problemas como el de las "barras bravas" (aficionados violentos al fútbol) y la seguridad vial (disminución de accidentalidad por conductas machistas), pero Ruiz señala que las instituciones a cargo de estas problemáticas aún son resistentes. En tal sentido, el Colectivo está elaborando un proyecto para que aquellos varones que sean procesados judicialmente por actos violentos participen en sus talleres, a fin de que se atienda no la conducta delictiva aisladamente sino los dispositivos de género que la disparan.

Fuente: AmecoPress

lunes, 11 de enero de 2010

Argentina: Muertes maternas no ceden como en países vecinos

Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, ene (IPS) - Cerca de 300 mujeres mueren cada año en Argentina por causas prevenibles vinculadas al embarazo, el parto o el puerperio. La mayoría de los decesos se produce por aborto, una práctica muy difundida en el país pese a mantenerse como ilegal.

En Argentina se realizan entre 460.000 y 600.000 abortos por año, sostienen diversas investigaciones, lo que equivale a casi uno por cada nacimiento. Estos procedimientos, realizados al margen de la ley, no siempre se efectúan con las condiciones requeridas para evitar hemorragias e infecciones.

Según datos oficiales difundidos al finalizar el año pasado, en 2008 se produjeron 296 muertes maternas, 21 por ciento a causa de abortos inseguros. Se trata de un número alto, aunque sea inferior a los 306 casos del año anterior, y entre los decesos hubo cuatro niñas de entre 10 y 14 años y 39 adolescentes menores de 19.

El número de fallecimientos es de cuatro mujeres por cada 10.000 niños nacidos, y podría generar la idea de que es bajo. Pero no sólo se trata de muertes prevenibles sino que el porcentaje es dos veces y media superior al de Chile y al de Uruguay, que están apenas por encima de un deceso por cada 10.000 nacimientos.

Tanto el gobierno argentino como los expertos independientes que trabajan en estos temas admiten que a este ritmo es difícil que el país cumpla el nivel de reducción al que se ha comprometido ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Se trata de alcanzar para 2015 el mismo porcentaje de muertes maternas que tienen ahora Chile y Uruguay, en un compromiso que forma parte de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, acordados por los gobiernos en 2000 en el marco de la ONU, con plazos y metas que vencen ese año, tomando como base los indicadores de 1990.

Entre esos objetivos está erradicar la pobreza extrema, alcanzar la educación básica universal, promover la equidad de género, reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna, entre otros.

Un estudio del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, formado por diversas organizaciones no gubernamentales, indicó que entre 1980 y 2006 la mortalidad infantil bajó 61 por ciento en Argentina, mientras que las muertes maternas cayeron a una velocidad mucho menor –32 por ciento-- y casi no ceden en los últimos años.

De hecho, en 2001 las muertes maternas fueron 297, sólo una más de las registradas en 2008, y ya en 2006 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, advertía con alarma sobre el estancamiento del indicador materno, en contraste con las mejora del infantil.

LA MUERTE MATERNA, FUERA DE LA AGENDA

En diálogo con IPS, la médica Mariana Romero, investigadora del Centro de Estudios de Estado y Sociedad –integrante del Observatorio-- denunció que a pesar de no requerirse de grandes inversiones para su reducción "la muerte materna no forma parte de la agenda política argentina".

"En Chile el aborto no está despenalizado, pero desde mediados de los años 60 hay allí una política de planificación familiar que no se interrumpió con la dictadura (1973-1990) y una red de atención primaria que funciona integradamente en la emergencia", analizó la experta, autora del estudio "Para que cada muerte materna importe".

En Uruguay, si bien el presidente Tabaré Vázquez vetó en noviembre de 2008 una ley que legalizaba el aborto, la mayoría de la población accede al sistema de salud, hay consejerías sobre anticoncepción, y las mujeres se volvieron cada vez más concientes sobre las prácticas de prevención del embarazo, explicó.

Romero, al igual que otras expertas consultadas, calificó de "débil y poco visible" el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, puesto en marcha en Argentina en 2003 para prevenir embarazos mediante la provisión gratuita de anticonceptivos.

En los hechos, sigue habiendo un alto porcentaje de abortos inseguros, en un país donde la interrupción voluntaria del embarazo sólo es permitida legalmente en casos de violación o cuando la vida de la madre corre peligro.

"No hay una política pública clara y explícita que tome el tema de las muertes maternas como prioridad", afirmó la médica. "Para bajar las muertes, el programa debe ser visible, debe contar con insumos, con recursos humanos capacitados, y debe ser monitoreado". "Si no hay voluntad política, pierde visibilidad", advirtió.

A raíz de la publicación en diciembre de las nuevas cifras de muerte materna, el ex ministro de Salud Ginés González reconoció que "es el indicador más estancado de todas las metas del milenio", y que ese estancamiento "equivale a un fracaso". "Las estrategias para reducirlas no son suficientes", criticó.

Por su parte el actual subsecretario de Salud Comunitaria, Guillermo González, reconoció que no se llegará a la meta de 2015 en este rubro, pero afirmó que el Ministerio de Salud se propuso llegar a 2011 con una tasa de muertes maternas reducida en un tercio, es decir, de 3,3 por cada 10 mil nacimientos.

"No se ha trabajado intensamente en cuatro puntos fundamentales", admitió en una especie de autocrítica. Y mencionó la falta de bancos de sangre para atender hemorragias, la dificultad para detectar tempranamente casos de hipertensión, la falta de tratamientos oportunos frente a infecciones, y la reducción de daños por aborto.

"Sesenta por ciento de los embarazos de la población no son deseados", reveló. Aunque no lo mencionó, este dato está directamente vinculado a fallas en el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, que sería el encargado de prestar insumos y servicios para evitar estos embarazos no deseados.

En materia de reducción de daños por abortos inseguros, existe un guía para la atención de los casos en que las mujeres llegan al hospital con la interrupción del embarazo ya iniciada, pero aún así, el porcentaje de abortos que termina en la muerte de las mujeres es alto: casi 21 por ciento en 2008.

Si se estudian los casos por provincia, se observa que en algunos distritos donde el acceso a los servicios de salud está más dificultado, las prácticas de aborto más que duplican el promedio nacional. En Entre Ríos 44,4 por ciento de las muertes maternas en 2008 fueron por aborto y en Chaco 39 por ciento.

"Es un escándalo", dijo a IPS Marta Alanis, presidenta de la agrupación Católicas por el Derecho a Decidir que forma parte del consejo asesor que trabaja junto al programa de Salud Sexual del gobierno nacional.

"El programa tiene grandes fallas", advirtió. "Debe lidiar con obstáculos tales como falta de insumos, dificultades burocráticas o administrativas que enmascaran trabas de tipo ideológico", explicó. "Muchos funcionarios pretenden gobernar o legislar en base a sus creencias religiosas y algunos médicos también actúan así en su práctica", dijo.

A modo de ejemplo señaló que en un centro de salud de Córdoba, su provincia, hay un cartel que informa que no se proveerá de métodos anticonceptivos a las mujeres que no se hayan realizado una citología, un test de control para la prevención del cáncer de cuello de útero.

"Si las mujeres fueran atraídas por programas más amigables, que las contengan, muchas de estas muertes se podrían evitar, pero así las expulsan", denunció.

"Hay que hacer un esfuerzo de educación sexual para evitar los embarazos no deseados, garantizar la realización del aborto en los casos en que no es punible y exigir la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de embarazo", puntualizó Alanis.

"Solo así se reducirán las muertes maternas por abortos inseguros, que recaen siempre sobre las mujeres más pobres", advirtió.

Fuente: IPS

Unidas por la música. Una búsqueda de mujeres músic@s a través de la historia

Autora: Rosabel Torregrosa i Lillo
Editorial: Autoras en Red
ISBN: 978-84-935754-9-6
Año: 2009

¿Se han parado a pensar alguna vez por qué cuando se habla de los grandes genios de la música se hace siempre en masculino? ¿Se han cuestionado al ver el apellido por el que se suele conocer a los compositores o compositoras que delante podría ir un nombre de mujer? ¿Sólo los hombres tienen capacidad creativa? ¿Por qué en las grandes enciclopedias musicales no consta ningún o casi ningún nombre de mujer?

Esta y otras preguntas me hice cuando empecé a descubrir que algunos de los autores que había estudiado en el conservatorio no eran hombres, sino mujeres. Pero como únicamente constaba escrito el apellido, y el profesorado olvidó mencionar el género de estos autores, obvié que serían hombres. Un ejemplo, en el “Grupo de los Seis Franceses” encontramos los siguientes compositores: Auric, Durey, Honegger, Milhaud, Poulenc y Tailleferre. Si nadie mencionara nada, ustedes pensarían que son hombres ¿verdad? Pongamos el nombre delante: Georges Auric, Louis Durey, Arthur Honegger, Darius Milhaud, Francis Poulenc y Germaine Tailleferre. Si nos fijamos bien veremos que Germaine es un nombre de mujer. Mientras no aparezcan los nombres, junto con los apellidos, de todas las mujeres compositoras que ha habido y hay en la actualidad en el panorama musical, no podremos ser conscientes del problema que generan los hábitos lingüísticos. Si no se las puede ver se convierten en “invisibles”. Y esto es lo que he intentado contrarrestar con el trabajo “Unidas por la Música”. En él se hace un recorrido por toda la historia musical, desde la Edad Media hasta la actualidad, en el que se estudian las diferentes corrientes artísticas, junto con algunas reseñas históricas y filosóficas del momento. No se hace ningún tipo de distinción. Aparecen los nombres de los autores masculinos más relevantes junto con los de las mujeres de la misma época. También se ha querido incluir en él aquellos compositores que, por no pertenecer a países como Alemania, Austria, Italia o Francia, han pasado también desapercibidos para el gran público.

Este material didáctico ha obtenido el 4t Premio en la convocatoria de los Premios 2006 de la Comunidad Valenciana en la integración de los temas transversales en el currículum (DOGV 21-11-06).

Rosabel Torregrosa i Lillo, nacida en Sant Vicente del Raspeig (Alicante) en 1968, ha estudiado para profesora Superior de Música (especializada en saxofón) y Armonía en el Conservatorio Oscar Esplá de Alicante, así como los idiomas francés, inglés, alemán e italiano en diferentes escuelas de idiomas (Alicante, S/C Tenerife, Palma de Mallorca, Tarragona), y ha alternado docencia, interpretación e investigación en Murcia, Lyon (Francia), S/C Tenerife, Tarragona, Barcelona y Alicante, donde reside. Componente del Cuarteto de Saxofones FemenîSAX. Ganadora también de diversos Certámenes de coros escolares, provinciales y nacionales, en los que ha participado como directora. “Unides per la Música” es su primer libro. En estos momentos está trabajando en un nuevo título “Recopilaciones de canciones para coros escolares” y otro de “audiciones”.

Fuente: Autoras en red

domingo, 10 de enero de 2010

Madres canguro

Por: Anaclara Padilla Estrada

Madrid, 03 Enero 2010, Especial para El informante Perú.- Safiya nació demasiado pronto. Con diez días de vida, apenas pesaba un kilo. Y en su Senegal natal, una incubadora para salvar a bebés prematuros como ella es un lujo. Por eso vive pegada a su madre desde que vino al mundo. Piel con piel. Sintiendo su respiración y escuchando el latido de su corazón. Y ha sobrevivido.

En el mundo, nacen anualmente 20 millones de niños como Safiya, el 955% en países empobrecidos.

Ante la falta de centros hospitalarios y de higiene, la escasez de material técnico y los problemas de hacinamiento, los especialistas se plantearon la posibilidad de sustituir la incubadora y el hospital por la madre y su propio cuerpo. Así aparecieron las Madres Canguro.

La idea surgió en el Instituto Materno Infantil de Bogotá en 1979. Durante los años anteriores, los doctores Héctor Martínez y Edgar Rey veían cómo los índices de infección y mortalidad entre los recién nacidos hospitalizados crecía de forma alarmante. Modificaron el tratamiento del prematuro, permitiéndole salir del hospital cuanto antes para llevar a cabo un seguimiento ambulatorio.

Se basa en lo que la naturaleza ideó para los bebés marsupiales, que completan su desarrollo fuera del útero, agarrados a las glándulas mamarias y protegidos en una bolsa. Esta posición les ayuda a regular y conservar la temperatura debida, una capacidad que no poseen al no haber completado el periodo de gestación. De esta manera, permanecen en contacto directo con la madre hasta que alcanzan los tres kilos.

Pero este sistema no es un milagro. La colocación del bebé en contacto directo con el pecho de la madre es sólo uno de los cuatro elementos que conforman el programa de las Madres Canguro. Una nutrición adecuada mediante la lactancia materna, la atención ambulatoria una vez por semana, y el apoyo a la madre en el cuidado del pequeño hasta que cumple los cinco años son los otros pilares que hacen posible esta recuperación.

Desde 1979, este método se aplica en la mayoría de los países latinoamericanos así como en diversos lugares de Asia y África. Su bajo coste, junto con los beneficios para el pequeño, ha contribuido a su expansión. Un día en una unidad de cuidados intensivos para prematuros en un país empobrecido asciende a 200 dólares diarios, según UNICEF. El programa Madres Canguro sólo supone un gasto de 4,6 dólares por cada encuentro en el hospital.

Safiya tuvo “suerte”, ya que el centro médico senegalés Abbas Ndao, en el que ella nació, aplica este método desde hace 11 años. Tras conocer el sistema en Colombia, el jefe del servicio de Pediatría, Osumane Ndiave, llevó a cabo un proyecto piloto con 112 prematuros entre 1998 y 2005.

Sólo no logró sobrevivir. Según el doctor, el contacto permanente con el cuerpo de la madre aporta calor, seguridad y confianza al bebé. No sólo se trata de la temperatura, sino también de sentir de la manera más cercana posible el latido del corazón y el ritmo de la respiración.

Pero por encima de todo, el jefe de pediatría señala la importancia de la relación amorosa y estrecha que se establece entre la madre y el bebé prematuro. La estimulación, tanto afectiva como orgánica, mejora y garantiza el patrón respiratorio y cardiaco. La voz de la madre, su arrullo, y el entorno familiar sirven de detonante para el desarrollo neurológico y cognoscitivo.

Además, de esta forma es la madre, y no los médicos, la que se convierte en la actriz principal y responsable del cuidado del bebé.

Precisamente este último argumento es el que ha llevado a desarrollar esta técnica en países más desarrollados, con el objetivo de recuperar la responsabilidad materna y familiar frente al cuidado del niño previamente estabilizado. Además, el vínculo que se establece entre madre e hijo ayuda a que disminuyan notablemente la cifra de abandonos.

Las Madres Canguro siguen demostrando su eficiencia al suplir la carencia de recursos tecnológicos o la falta de vínculos entre madre e hijo en lugares variados de todo el mundo. Al menos, esta técnica ha funcionado para Safiya. Cinco meses después de nacer, ya pesaba casi siete kilos.

Fuente: El informante

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